MOROS I CRISTIANS 2024

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domingo, 14 de septiembre de 2014

MARCOS VILAR ESTEVE, SACERDOTE MANISERO.


Biografies de Manisers Ilustres
Biografías de Maniseros Ilustres


MARCOS VILAR ESTEVE
Manises, 00.00.1906
Picadero de Paterna, 26.09.1936
Sacerdot / Sacerdote
Retor de Bugarra/Párroco de Bugarra

Nació en Manises en 1906. Sintiéndose llamado al sacerdocio cursó estudios eclesiásticos en el Colegio de Vocaciones Eclesiásticas de San José, de Valencia, que fundado por el beato Manuel Domínguez y Sol en 1887, se encontraba situado en la Calle Alboraya.

El 18 de Junio de 1933 el Obispo Auxiliar de Valencia, Don Javier Lauzurica, le confirió la ordenación sacerdotal.

Su primer destino fue Torralba del Pinar, caserío de unos 300 habitantes, en el arciprestazgo de Villahermosa del Río, pero no pudo hacerse cargo por encontrarse enfermo, y necesitar un tratamiento médico que tenía que recibir periódicamente en la misma Valencia.

Durante este período, según testimonio de su hermana Vicenta, ayudaba en las parroquias que requerían sus servicios. Mostrando en todo momento una gran disponibilidad y entrega apostólica.

Ya recuperado de su dolencia fue nombrado en 1935 cura de Bugarra. Los tiempos que corrían eran difíciles, pero don Marcos supo ganarse el aprecio de todo el pueblo de Bugarra, por su carácter humilde y sencillo.

Este pueblo, con en millar y medio de habitantes, en aquellas fechas, pertenecía al arciprestazgo de Villar del Arzobispo. No hubo aspecto en la vida parroquial que no fuese objeto del celo apostólico de don Marcos. Los niños, los jóvenes, los matrimonios, los ancianos, todos recibieron la entrega de su nuevo Párroco.

La vida parroquial permaneció inalterable en el pueblo hasta el 23 de Julio, pero en vista de que los acontecimientos se iban agravando, fue requerido por el Alcalde para que se presentase en el Ayuntamiento. Allí le indicó que se le garantizaba su seguridad personal y la de su familia. Pero en vista de que la situación iba empeorando decidió marchar a Manises, su pueblo natal. Cuatro miembros del Comité Local personalmente le acompañaron en un coche.

En Manises aún procuró, con serias dificultades, ejercer el ministerio. Celebró tres días misa en el Oratorio de Doña Consuelo Borrás.

Un tío suyo, en su nombre, se presentó en el Ayuntamiento para notificar su residencia. Se le notificó que no saliese de casa.

El ambiente se iba enrareciendo cada vez más. Su madre le pidió que se ausentase del pueblo y se marchase a otra parte, pero él siempre se negaba: << Lo que sea voluntad de Dios -decía- es lo que yo quiero >>.

El día 24 de Septiembre, fiesta de la Virgen de la Merced, onomástica de su madre, lo pasó reunido con toda su familia.

Un amigo de su casa le avisó del serio peligro que corría, ya que era fácil que fueran a su casa a detenerle. Y así fue.

Al día siguiente lo detuvieron. No le vino de nuevo. Estaba dispuesto al martirio, y después de despedirse de todos los familiares, dijo: << Madre, si no vuelvo que digan por mí ochenta misas >>.

De su domicilio fue llevado al Cuartel de las Milicias, edificio del Convento de las Carmelitas Descalzas, donde se encontraban ya el Cura Párroco, el padre Juan Bautista Botet, y desde el día anterior, don Ángel Nadal.

A la una de la madrugada después de un grotesco simulacro de juicio, que recordaba al de Jesús, ante Anás y Caifás, fue conducido en un coche, con los anteriores eclesiásticos antes nombrados, al Picadero de Paterna, donde rubricaron su testimonio de Cristo con el martirio. Comenzaba a despertar el día 26 de Septiembre de 1936.

Sus restos mortales, al igual que los de los demás sacerdotes, descansan en un sepulcro ante el altar del Sagrados Corazón de Jesús del templo parroquial de San Juan Bautista de Manises.

Arturo Llin Cháfer
Testigos de Jesucristo 1999.
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